Una vez que la Iglesia fue tomando forma en cuanto a su organización se creó la Escuela Bíblica Dominical donde los primeros miembros de nuestra amada congregación se iniciaron como maestros de niños, jóvenes y adultos, con la ayuda de material proporcionado por los misioneros y que luego fueron comprados en las librerías cristianas. Había mucho deseo de aprender por lo que todos venían el domingo a las 09H00 al templo a recibir su clase, donde se aprendía versículos memoria de la Palabra de Dios, los cuales con gozo se los daba al concluir el tiempo de enseñanza. El asistir a este tiempo de enseñanza no era religiosidad, sino devoción por conocer cada día más de Dios, de la obra redentora de Cristo, por lo que muchos niños, jóvenes y adultos una vez recibidas las clases recibían a Jesucristo como su único y suficiente Salvador personal, lo que motivo en ellos tener una pasión por estar en las clases de la Escuela Bíblica Dominical, no importando lluvia, sol, calor o molestia alguna, debido a que era hermoso estar en las clases que por edades existían, en donde se forjaron grandes amigos, que luego se convirtieron en mensajeros de la Palabra de Dios.
Ha transcurrido todo este tiempo; y ha pasado dos, tres, o quizás en algunos casos cuatro generaciones que han recibido formación bíblica y los valores cristianos, desde que se inicio este trabajo dentro de la iglesia.
Además es necesario dejar asentado que algunos miembros de esta congregación que ya están en la presencia del Señor fueron puntales en el servicio de la enseñanza, predicación y otras labores dentro de la Obra, específicamente dentro de la Escuela Bíblica Dominical.
Hay una gran realidad, la satisfacción del deber cumplido hasta ahora al saber que cada niño que pasó por la Escuela Bíblica Dominical son hoy creyentes, verdaderos cristianos que continúan fieles en los caminos de Dios. Una gran prueba evidente de esto, son algunos hermanos que lideran ahora en algunas Iglesias y la de nuestro Pastor que empezó desde que se inició esta Obra.
Cada día y momento damos gracias a Dios por habernos permitido ser parte de esta gran bendición, pedimos que sigan orando a nuestro Dios para que este trabajo continúe debido a que como dice S. Lucas 10: 2, la mies es mucha y los obreros son pocos y la única manera de que sigan saliendo obreros, es por medio de una enseñanza de la sana doctrina que motive a hombres y mujeres a servir al Señor nuestro Dios.